Blogs Dominicanos

viernes, 20 de febrero de 2009

Tiempos en los que vivimos

Primero, quiero pedirle excusas a los que de una manera u otra se han quedado esperando que siga escribiendo, estas semanas han sido largas y tediosas, he estado muy ocupado atendiendo otros asuntos. Pero, en fin... estoy de regreso.

 

Desde hace mucho he querido escribir algo que haga que los demás reflexionen un poco. Y creo que el momento es oportuno. Vivimos en tiempos en los que estamos a la espera de que el otro se equivoque, de que cometa el más mínimo desliz, para utilizarlo de carne de cañón, para entrarle como a la conga, para desquitarnos cualquier problema que tengamos y esto sin medir el daño, muchas veces irreparable, que causamos. Nos hemos convertido en entes hipócritas, insensibles ante la realidad, y en papagayos de la agenda particular de alguien más.

 

Hemos perdido el deseo de indagar, de informarnos antes de emitir un juicio de valor, de medir lo que vamos a decir. Prácticamente ya nada me causa sorpresa. Todo esto sumado a que vivimos en medio de una campaña de desinformación, de mentiras, de "entretenimiento" que lo único que persigue es cegarnos ante la realidad que nos rodea. Nos hemos convertido en un Circo. El problema es determinar de qué lado estamos, o somos el público que idiotizado observa, o somos los payasos, en ambos casos títeres de nuestros amos.

 

Gracias a Dios en medio de toda esta porquería, me siento un hombre feliz, porque a pesar de todo, en las mañanas cuando despierto lo hago al lado de la mujer que amo, porque voy a un empleo en el que no tengo al acecho a ningún "compañero" tratando de serrucharme el palo (joderme en otras palabras), porque gozo de salud, porque comparto con mis amigos.

 

Me ha tocado vivir en medio de esta pusilánime cúspide de la civilización, en donde la tecnología y la vida "moderna" nos han robado los valores humanos, los valores familiares. Pero aún así, me siento feliz, porque tengo una familia de la que me siento orgulloso, porque sacamos el tiempo para compartir los pequeños detalles.

 

Vivimos un momento en el que la gente actúa de mala fe, con la idea de joder al otro con la justificación de "protegerse" y sin medir las consecuencias de sus actos. Estamos en una jungla en donde el más fuerte jode al otro, tan sencillo como eso. Gracias a Dios me siento bien conmigo mismo porque nunca ha sido, y espero nunca cambiar, mi actitud la de joder al otro.

 

Al final, me queda una incógnita, qué será de las generaciones futuras.

 

Esto porque siempre recuerdo, estando en el colegio, como nos asediaban día a día con la famosa frase de “ustedes son la peor promoción que ha pasado por la historia de este colegio”. Recuerdo que eso fue hasta que un día estando con el titular de nuestra aula en medio de la clase le comenté sobre eso de que éramos la peor promoción que había pasado por el colegio, entonces aproveché y le dije que si éramos tan malos como ellos decían, el colegio tenía la mitad de la culpa por haber permitido que llegásemos hasta el final, por no haber tomado los correctivos de lugar.

 

Y retomo la pregunta, qué será de las generaciones futuras. Porque para como están las cosas hoy en día, nosotros éramos unos "chivitos" comparados con los "niños, niñas y adolescentes" que están subiendo hoy. Me da mucha pena escuchar los relatos de jóvenes entre 13 y 17 años, de las cosas que pasan en sus respectivos colegios. La cantidad de ladrones, de chivatos, de tramposos, de cueros, de maricones, de mentirosos, entre otros, que estamos criando sin saberlo y que no se están tomando los correctivos de lugar solo me hace volver a la misma pregunta, "qué será de las generaciones futuras".

 

Gracias a Dios, no todo está perdido, todavía queda la esperanza de un mejor mañana, todavía hay jóvenes valerosos. Te doy gracias Dios mío por PAT, a pesar de que hay veces que me saca la piedra con sus cosas, me doy cuenta de que es una niña sana. Solo te pido fuerzas para nunca fallarle, y paciencia para entenderla.

 

Para finalizar, no persigo con mis palabras herir a nadie, sino, simplemente que observen mejor lo que les rodea, tomen los correctivos de lugar, no jodan a nadie para que no los jodan a ustedes, actúen con astucia, no con mala fe, dedíquenle más tiempo a su familia, dedíquense más tiempo a ustedes mismos, no señalen a nadie, porque en ese momento tendrán a otros señalándolos a ustedes, vivan acorde a sus principios.

miércoles, 7 de enero de 2009

Un empleo

Obtener y conservar un buen empleo es una de los principales retos que tiene que enfrentar un profesional hoy en día. Unos dicen que es cuestión de preparación académica, otros que es cuestión de suerte, y hay quienes como yo que decimos que es cuestión de "estar pegao".


Es indudable que cada gobierno, dirigido por su respectivo partido político, tiene sus luces y sus sombras y si observamos los últimos 4 períodos gubernamentales (desde 1994 hasta la fecha) pudiésemos encontrar muchas similitudes. Por supuesto, cada uno con sus diferencias.


Hago la salvedad de 1994 porque fue la primera vez que voté y porque fue un hecho especial en nuestra historia, se redujo el período gubernamental a dos años, por un asunto politiquero que no viene al caso en este momento. Desde entonces, gobernó Leonel (1996-2000), Hipólito (2000-2004), Leonel (2004-2008) y se reelige Leonel.


Recuerdo que antes de votar por primera vez, ya había experimentado lo que era tener un empleo. Había trabajado en dos oportunidades antes de concluir el bachillerato, junio de 1989 y junio de 1990, ya para la época de las elecciones de 1994 tenía casi un año laborando.


Así transcurrió durante casi ocho largos años. Conservé mi empleo en el mismo lugar durante todo ese tiempo. Eso me permitió hacerme de un título profesional y de ampliar los conocimientos tomando diversos entrenamientos y diplomados.


Vivía relativamente cómodo, estaba soltero y el salario y uno que otro 'picoteo' me permitía darme ciertos gustos. Pero, como dicen por ahí "todo lo que sube, tarde o temprano se etralla" (perdonen la adaptación). Algunos chismecitos y envidias pudieron más y es cuando conozco lo que es estar desempleado, mayo del 2001.


En ese entonces ya tenía unos años viviendo por mi cuenta, o sea, que tenía que enfrentar yo solo mis responsabilidades. Gracias a Dios el desempleo duró poco, apenas dos meses y días. Entré a trabajar en una institución pública, descentralizada del Estado, julio del 2001.


A pesar de que tenía un salario un poco por encima del salario del empleo anterior, noté que los 'chelitos' no alcanzaban. Seguía llevando el mismo estilo de vida, comiendo lo mismo y haciendo lo mismo de siempre, entonces por qué esto me estaba pasando. En un momento les doy mis conclusiones al respecto.


Descubrí, casi de inmediato, lo que significa trabajar en una institución pública. Sinceramente le pido a Dios que siempre me allane el terrero para no tener que volver a trabajar en el sector público. Al cabo de dos años de estar laborando en este sitio, por cuestiones de índole político y coyuntural, saboreo nuevamente lo que es estar desempleado, en esta oportunidad no sería tan corto el transcurrir del tiempo, junio del 2003.


Tuvieron que pasar cuatro largos años de tormentoso desempleo, lógico, no fue que durante este tiempo me quedé de manos cruzadas, pude laborar el lugares informales y una que otra gente me tendió la mano. Pero la verdad es que tuve que convertirme en 'Tarzán de la Selva' y aprender a producir independientemente de tener un salario o no.


Creo que lo único bueno que saqué de esta amarga experiencia fue el no amilanarme ante las adversidades, sólo en estos momentos es que se sabe de qué es que uno está hecho.


Hoy en día tengo un empleo estable, con un salario cómodo que me permite, junto a mi esposa, ir construyendo un futuro.


Nótese, que a lo largo de este relato no he querido mencionar nombres de los lugares en donde estuve laborando en el pasado, y mucho menos no quise hacer juicios de valores sobre las diversas situaciones políticas que de una manera u otra me afectaron y afectaron al país.


Pero hay que ser justos y honestos, hay políticos que deberían quedarse en su campo haciendo las idioteces que hacen cuando llegan a la presidencia. No hace falta mencionar nombres, solo resta decirle a ese señor que no sueñe con volver, que muchos como yo no queremos más burros dirigiendo los destinos de nuestro país.