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lunes, 29 de diciembre de 2008

Historia de una familia -final-

...Continuación


Ernesto llegó a la vida de Sahira, y ella, sintió que con este nuevo hijo otra sería la historia, ella le había pedido a Dios que fuera varón, quizá con el deseo de que encontraría algo diferente a lo que eran sus dos primeros hijos.


Ernesto era un niño dócil, dulce y obediente. Se pudiera decir que al no haber más niños de la misma edad, no existía la posibilidad de experimentar las dificultades que había entre Robertico y Carlos.


Esta rivalidad latente llevó a Sahira a tomar medidas extremas. Hubo un momento en el que a Carlos le estaban dando unos ataques, en los que perdía el conocimiento y convulsionaba, los médicos se atrevieron a decirle a Sahira que el muchacho era epiléptico. Después de mucho averiguar y de muchas visitas a diferentes médicos, se determina que Carlos estaba reaccionando de esa manera por el stress al que se veía sometido por la tensa relación con su hermano mayor.


A raíz de esta situación Sahira decide separar a los conflictivos hermanos, enviándolos a diferentes Colegios Internados y así poder subsanar por un tiempo la tediosa relación entre ellos.


Mientras tanto, Ernesto, que siempre fue un niño dócil y obediente, manifestaba la necesidad de estar de su padre. Hubo muchos episodios de tristeza en Ernesto, a veces por el solo hecho de que su papá le dijera que lo iba a buscar para llevarlo a pasear y que lo dejara esperando. Este sería uno de los matices que caracterizarían la vida de Ernesto. Más tarde sería esto un detonante en un cambio de actitud de Ernesto.


Han pasado ya casi siete años desde que Sahira se dejó de Martín, ella se ha concentrado en su trabajo, que era bastante absorbente, y en lidiar sus hijos, pero la soledad es mala compañera y Sahira por error o por necesidad vuelve a involucrarse con un hombre casado. En esta ocasión la relación sería más larga y las decisiones que Sahira tomaría en los años venideros trazarían el desenlace final de esta historia. 


Juan es el nombre de este nuevo personaje, él sería el compañero de Sahira para bien o para mal. Juan era un hombre sumamente trabajador, con un alto sentido de la responsabilidad, y con muchas virtudes y cualidades propias de un buen marido. Quizá por compromiso no se divorciaba, ya que su esposa era una mujer enferma, postrada en cama y Juan no quería, con un divorcio, hacerle daño a su hijo más pequeño.


En fin, en medio de la situación que le rodeaba, Sahira, huyéndole a iniciar una relación con otro hombre casado, decide poner a Ernesto en un colegio internado e irse del país. Algo que sería devastador para Ernesto que todavía no cumplía los ocho años de edad y que siempre fue un niño dulce y obediente.


A fin de cuentas Sahira regresa al país y se involucra en una relación que duraría veinte largos años.


Retomando el propósito original de esta historia, hoy en día los tres hermanos, criados por la misma madre, son tres individuos completamente diferentes, ni siquiera hay rasgos similares entre ellos. Uno de ellos vive en el extranjero, otro ha estado preso por drogas y no se sabe su paradero y el otro... dejo que ustedes decidan el destino del otro.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Historia de una familia -2da parte-

...Continuación

 

Sahira era una mujer sumamente trabajadora, luchadora interminable. Pero esto no sería suficiente para poder enfrentar lo que venía.

 

Era tan evidente que Robertico se sentía desplazado por Carlos que todavía siendo muy pequeños, con 4 y 3 años de edad respectivamente, hubo un incidente que marcaría quizá el inicio de muchos otros eventos en la vida de estos dos niños.

 

En esa oportunidad, en el patio de la casa, había un anafe con una cubeta de aluminio, hirviendo a todo vapor, llena de ropa blanca. Se habituaba siempre hervir la ropa blanca para descurtirla, esa era una práctica muy común en esa época.

 

También era muy común regalarle a los niños los famosos revólveres de vaqueros del viejo oeste, a lo John Wayne, con todo y cananas. Bien, es cuando nuestro Robertico se dispone a tomar su revólver y poner el cañón dentro de los carbones del anafe. Ya ustedes se estarán imaginando por dónde viene el asunto. Efectivamente, cuando aquel cañón estaba al rojo vivo, procedió como cualquier vaquero del viejo oeste a marcar a su res preferida, sí, a su hermanito en una nalga.

 

Muchos se preguntarán, “...pero y cómo es esto posible?”. Bueno así de sencillo, no valió que Sahira se esmerara en darle un trato igualitario a los dos hermanitos, les compraba los mismos juguetes, la misma ropa, les servía la misma cantidad de comida, si uno de los niños cumplía años se les cantaba el ‘Happy Birthday’ a los dos, recibían regalos los dos, en fin, una verdadera proeza por tratar de que los niños se entendieran.

 

En medio de esta situación Sahira conoce a Martín, el hombre del que se enamoraría perdida y desmedidamente.

 

Hablemos un poco de este nuevo personaje. Martín era un hombre emprendedor, trabajador, con una extensa preparación académica. Un hombre de los de antes, guapos y cojonudos, de los que ya se han extinguido. Un hombre galante con las mujeres, con aire de Rubirosa. Con una cómoda posición económica. Pero tenía un defecto, era un hombre casado.

 

Bien, quizá para muchos esto no es una cuestión de importancia, pero para la formación que Sahira había recibido, esto resultaba inaceptable. Pero, lógico, el tiempo, el verbo, los detalles y la electrizante presencia de Martín junto a la soledad de Sahira se encargarían de obviar este incómodo detalle.

 

En efecto, cuando un hombre y una mujer están juntos lo más seguro es que eventualmente vendrá una nueva vida a este mundo. Después de casi diez largos años, después de los cuentos que los hombres le dicen a las mujeres, después de muchos sinsabores, ya casi al final de su relación, Sahira queda embarazada y llega a nuestra historia Ernesto, un nuevo hijo.

 

El desenlace de esta historia será en la próxima entrada...

jueves, 18 de diciembre de 2008

Historia de una familia

La siguiente historia es real, los nombres son ficticios, el mensaje es evidente: "La crianza no determina en un 100% lo que seremos en el futuro".


El año es el 1959, en Santo Domingo. Todo empezó con Sahira, una joven mujer de 21 años, criada en un ambiente humilde, de muchos valores humanos, pero, a manos de su abuela una señora que por su condición de mujer sola, estaba revestida de un carácter recalcitrante. Sahira tuvo que criarse en este ambiente porque su padre, militar en la época de Trujillo, obedeciendo "órdenes superiores", se vio en la obligación de dejarse de la madre de Sahira y contraer matrimonio con la hija de un alto mando militar, en fin, la madre de Sahira presa de un enorme dolor se fue del país dejando atrás a su pequeña hija. Sahira creció siendo una estudiante brillante, una joven con un alto concepto de la responsabilidad, y con una belleza incomparable.


Se convirtió en una bella mujer, pero siempre con el dolor de no haber tenido una familia como ella hubiese deseado. Fruto de ese mismo dolor y de verse sola en un mundo dirigido por hombres es que Sahira decide casarse a temprana edad, con un hombre que ella entendía que la ayudaría a tener la familia que ella tanto deseaba. Este hombre, Roberto, era un hombre de buenos sentimientos, con poca preparación académica, pero muy trabajador. Era medio "caco caliente" el amigo, lo que haría que en su momento la pareja tuviese que salir del país rumbo a Estados Unidos.


Después de estar en Estados Unidos, y de pasar todas las vicisitudes que ustedes pudieran imaginarse, propias de una pareja de inmigrantes, nace Roberto Junior, que de ahora en adelante le llamaremos Robertico, para poderlo diferenciar de su padre. Después de un tiempo, ya habían ajusticiado a Trujillo y las cosas aparentemente estaban más tranquilas en Santo Domingo, y es cuando nuestra familia, por decisión de Sahira, regresan al país. Roberto era un hombre un tanto conservador y hasta a veces con poca iniciativa, lo que hacía que Sahira tuviese un papel protagónico en muchas de las decisiones que se tomaban.


Ya estando en Santo Domingo, nuestra familia decide traer al mundo una nueva vida, Carlos, un hermano para Robertico. Había un detalle que se convertiría en la manzana de la discordia en años venideros, Robertico tenía un parecido enorme con su padre y Carlos se inclinaba más a las facciones de la familia de Sahira, bien, esto haría que hubiese una predilección por parte de Roberto por su primogénito, pero no todo estaba en contra de Carlos, resultó ser que le caía bien a la gente por ser tranquilo, por tener un colorcito y un pelo que lo convertían en un "niño lindo". Esto, junto a lo que las amistades de la familia decía de ambos niños, eventualmente levantaría celos entre los hermanitos.


Ya para 1965, luego de haber estallado la famosa "Revolución", Sahira, después de mucho pensarlo, se divorcia de Roberto, quedando como madre soltera y con dos niños pequeños. En medio de esta situación, Sahira sentía que se llevaba el mundo por delante, nunca pasó por su mente lo que los años le deparaban.


Continuará...

lunes, 15 de diciembre de 2008

¿Quién nos defiende?

La semana pasada hice un comentario público en una red de egresados de la promoción 1992 del Colegio Dominicano De La Salle a la cual pertenezco. El comentario consistía en una queja por el servicio recibido por parte de una compañía de televisión por cable, en esa oportunidad utilicé el nombre de la compañía en cuestión, a partir de este momento me referiré a ella como Compañía X. De inmediato recibí la advertencia de uno de mis compañeros de que emitir juicios de valor podía meterme en problemas, porque al mencionar nombres me hacía pasible de ser demandado por difamación. Hubo otro de mis compañeros que dijo que no era así porque lo que yo estaba diciendo no era mentira. Bien, a fin de cuentas decidí retractarme de haber dicho lo que dije con respecto a la Compañía X, pero mantuve mi "encojonamiento" porque a pesar de todo me sentía lesionado (todavía me siento así). Todo esto fue el viernes.

El sábado me desperté al lado de mi esposa, me sentí el hombre más feliz de la tierra. Qué les puedo decir, estoy enamorado de mi mujer. Bueno, hicimos unas cuantas diligencias domésticas, propias de aquellos que durante la semana no pueden porque sus obligaciones de trabajo no les dejan tiempo. Llegó la hora del almuerzo, la respectiva siesta después de almorzar, en la tarde salimos a la calle a concluir con algunas diligencias pendientes y luego decidimos irnos a "andar", nos paramos en un sitio a picar algo en la Lope de Vega. Seguimos nuestro rumbo y terminamos en una tienda de zapatos para mujer en la Churchill. Hacía días que venía escuchando a mi mujer quejándose de que los zapatos de trabajar la estaban matando. Salimos de la tienda y decidimos que iríamos al cine, fuimos a Bella Vista Mall, estando ahí dimos una vuelta, eran las 8:20 de la noche y la película ya había empezado así que decidimos quedarnos en la plaza hasta la próxima tanda. En fin, entramos a una de las tiendas a ver lo que había, después de un rato bajamos a la primera planta, vimos unas peceras enormes y chulísimas, y nos encontramos con un stand de una compañía de televisión por cable, competencia de la Compañía X. Bueno, para no hacer muy largo el cuento, después de ver en qué consistía la promoción, les manifiesto mi queja (con respecto a la Compañía X), sin mencionar el nombre de la compañía, e identificaron inmediatamente a qué compañía me estaba refiriendo. Bueno, ahí pasó el evento. Me senté con mi mujer a beberme un cafecito en el área de comida de la plaza, llegó la hora de la película y todo siguió su rumbo. El domingo pasó sin muchos sobresaltos, más andadera en la calle.

Hoy lunes accedí a la Web con la idea de leer qué hay de nuevo. Me encuentro con "el periodista irakí que le lanzó sus zapatos al presidente Bush que estaba en visita sorpresa en Irak", jajajaja lástima que falló, sigo leyendo, entro a http://cristalycolores.blogspot.com y me encuentro con:


Si un cliente le falla al banco, es una falta imperdonable que tendrá que pagarla con todos los intereses que les puedan agregar y muy probablemetne de manera compulsiva; mientras, si el banco falla, como en este caso, con una falta verdaderamente grave que atenta contra la estabilidad emocional y de existencia de los afectados, quizás se reciba, cuanto mucho, un "Excúsenos".

Después de leer todo el artículo, recordé mi sentimiento del viernes pasado, lo que me dijo mi compañero con respecto a no mencionar nombres por el asunto de la difamación, y me vino a la mente... Entonces ¿quién nos defiente?

jueves, 11 de diciembre de 2008

Cambio de actitud

Soy de los que cree que muchos de nuestros problemas como pueblo tienen que ver con la forma en que nos comportamos, nuestra actitud deja mucho que desear.

Estamos sufriendo de un mal terrible, una insensibilidad de proporciones inmensas. Nos hemos vuelto insensibles ante el desorden en el que vivimos. Diariamente vemos el deterioro de nuestros valores, de nuestras tradiciones y de nuestras costumbres, y lo peor de todo es que parece no importarnos. De vez en cuando observo y escucho a la gente quejándose de variadas situaciones, algunos plantean "soluciones" que en el fondo saben que no son del todo factibles. Pienso que la primera solución la tenemos en la palma de la mano. Debe haber un cambio de actitud, empezando por nosotros mismos, como individuos. Creo que con esto estaríamos dando un gran paso de avance.

Si estamos conduciendo en nuestro vehículo, respetemos las leyes de tránsito, no manejemos temerariamente, aunque otros lo hagan. No bajemos el cristal del vehículo a vociferar improperios cuando otra persona haga algo que entendamos que nos perjudica, la situación no se va a resolver, al contrario, puede ponerse peor.

Debemos luchar por defender lo que nos pertenece. Nuestros derechos, nuestra identidad como pueblo, nuestra tierra, nuestra niñez. Debemos dar el primer paso, si nos sentamos a pensar que otros que han dado el primer paso no llegaron a nada, entonces todo se perdió.

Las leyes están ahí, el problema es que muy pocos la conocen, y de esos casi ninguno está en actitud de "tirarse la vaina" de dar el primer paso y hacer valer lo que le pertenece. Debemos cambiar de actitud, de manera eficaz, de manera constructiva.

Hay que invertir más en educación, en salud, en garantías para la gente. Me gustaría ver un día una manifestación pública a favor de que se invierta más en educación. Pero una manifestación pacífica, no los desórdenes que les encanta hacer a la gente de FENATRANO. Una manifestación que verdaderamente haga que los que dirigen los destinos del país reaccionen.

Para todo eso tenemos que primero cambiar de actitud nosotros. Después tenemos que unirnos en un bien común... nuestro país. Cero partidismos, cero facciones.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Un pequeño aporte!

Desde hace tiempo he visitado otros blogs y he visto cómo cada uno aborda los más diversos temas. Se enfocan en cuestiones de índole político, en quejas, en farándula, en temas sociales, educativos, entre otros. Quiero hacer de este espacio algo diferente, escribiendo con un lenguaje simple, lo que diariamente veo y lo que pienso sobre diversos temas. No pretendo con esto banagloriarme y mucho menos creerme mejor que los demás. Simplemente quiero hacer un aporte.

Trataré de escribirles con la regularidad que este compromiso amerita. Los lunes y jueves sería un buen comienzo. Mañana empezaré.

Bienvenid@s!

Quiero darles la bienvenida a todos y todas.

Gracias por tomar un pequeño espacio de tiempo para visitar este humilde intento de compartir lo que pienso y lo que veo.