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lunes, 22 de diciembre de 2008

Historia de una familia -2da parte-

...Continuación

 

Sahira era una mujer sumamente trabajadora, luchadora interminable. Pero esto no sería suficiente para poder enfrentar lo que venía.

 

Era tan evidente que Robertico se sentía desplazado por Carlos que todavía siendo muy pequeños, con 4 y 3 años de edad respectivamente, hubo un incidente que marcaría quizá el inicio de muchos otros eventos en la vida de estos dos niños.

 

En esa oportunidad, en el patio de la casa, había un anafe con una cubeta de aluminio, hirviendo a todo vapor, llena de ropa blanca. Se habituaba siempre hervir la ropa blanca para descurtirla, esa era una práctica muy común en esa época.

 

También era muy común regalarle a los niños los famosos revólveres de vaqueros del viejo oeste, a lo John Wayne, con todo y cananas. Bien, es cuando nuestro Robertico se dispone a tomar su revólver y poner el cañón dentro de los carbones del anafe. Ya ustedes se estarán imaginando por dónde viene el asunto. Efectivamente, cuando aquel cañón estaba al rojo vivo, procedió como cualquier vaquero del viejo oeste a marcar a su res preferida, sí, a su hermanito en una nalga.

 

Muchos se preguntarán, “...pero y cómo es esto posible?”. Bueno así de sencillo, no valió que Sahira se esmerara en darle un trato igualitario a los dos hermanitos, les compraba los mismos juguetes, la misma ropa, les servía la misma cantidad de comida, si uno de los niños cumplía años se les cantaba el ‘Happy Birthday’ a los dos, recibían regalos los dos, en fin, una verdadera proeza por tratar de que los niños se entendieran.

 

En medio de esta situación Sahira conoce a Martín, el hombre del que se enamoraría perdida y desmedidamente.

 

Hablemos un poco de este nuevo personaje. Martín era un hombre emprendedor, trabajador, con una extensa preparación académica. Un hombre de los de antes, guapos y cojonudos, de los que ya se han extinguido. Un hombre galante con las mujeres, con aire de Rubirosa. Con una cómoda posición económica. Pero tenía un defecto, era un hombre casado.

 

Bien, quizá para muchos esto no es una cuestión de importancia, pero para la formación que Sahira había recibido, esto resultaba inaceptable. Pero, lógico, el tiempo, el verbo, los detalles y la electrizante presencia de Martín junto a la soledad de Sahira se encargarían de obviar este incómodo detalle.

 

En efecto, cuando un hombre y una mujer están juntos lo más seguro es que eventualmente vendrá una nueva vida a este mundo. Después de casi diez largos años, después de los cuentos que los hombres le dicen a las mujeres, después de muchos sinsabores, ya casi al final de su relación, Sahira queda embarazada y llega a nuestra historia Ernesto, un nuevo hijo.

 

El desenlace de esta historia será en la próxima entrada...

1 comentario:

  1. A la verdad que tu me tienes agarrao con esta historia Eric. De verdad muy interesante, toy deseando que llegue el jueves para el desenlace de esta historia jeje

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