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lunes, 15 de diciembre de 2008

¿Quién nos defiende?

La semana pasada hice un comentario público en una red de egresados de la promoción 1992 del Colegio Dominicano De La Salle a la cual pertenezco. El comentario consistía en una queja por el servicio recibido por parte de una compañía de televisión por cable, en esa oportunidad utilicé el nombre de la compañía en cuestión, a partir de este momento me referiré a ella como Compañía X. De inmediato recibí la advertencia de uno de mis compañeros de que emitir juicios de valor podía meterme en problemas, porque al mencionar nombres me hacía pasible de ser demandado por difamación. Hubo otro de mis compañeros que dijo que no era así porque lo que yo estaba diciendo no era mentira. Bien, a fin de cuentas decidí retractarme de haber dicho lo que dije con respecto a la Compañía X, pero mantuve mi "encojonamiento" porque a pesar de todo me sentía lesionado (todavía me siento así). Todo esto fue el viernes.

El sábado me desperté al lado de mi esposa, me sentí el hombre más feliz de la tierra. Qué les puedo decir, estoy enamorado de mi mujer. Bueno, hicimos unas cuantas diligencias domésticas, propias de aquellos que durante la semana no pueden porque sus obligaciones de trabajo no les dejan tiempo. Llegó la hora del almuerzo, la respectiva siesta después de almorzar, en la tarde salimos a la calle a concluir con algunas diligencias pendientes y luego decidimos irnos a "andar", nos paramos en un sitio a picar algo en la Lope de Vega. Seguimos nuestro rumbo y terminamos en una tienda de zapatos para mujer en la Churchill. Hacía días que venía escuchando a mi mujer quejándose de que los zapatos de trabajar la estaban matando. Salimos de la tienda y decidimos que iríamos al cine, fuimos a Bella Vista Mall, estando ahí dimos una vuelta, eran las 8:20 de la noche y la película ya había empezado así que decidimos quedarnos en la plaza hasta la próxima tanda. En fin, entramos a una de las tiendas a ver lo que había, después de un rato bajamos a la primera planta, vimos unas peceras enormes y chulísimas, y nos encontramos con un stand de una compañía de televisión por cable, competencia de la Compañía X. Bueno, para no hacer muy largo el cuento, después de ver en qué consistía la promoción, les manifiesto mi queja (con respecto a la Compañía X), sin mencionar el nombre de la compañía, e identificaron inmediatamente a qué compañía me estaba refiriendo. Bueno, ahí pasó el evento. Me senté con mi mujer a beberme un cafecito en el área de comida de la plaza, llegó la hora de la película y todo siguió su rumbo. El domingo pasó sin muchos sobresaltos, más andadera en la calle.

Hoy lunes accedí a la Web con la idea de leer qué hay de nuevo. Me encuentro con "el periodista irakí que le lanzó sus zapatos al presidente Bush que estaba en visita sorpresa en Irak", jajajaja lástima que falló, sigo leyendo, entro a http://cristalycolores.blogspot.com y me encuentro con:


Si un cliente le falla al banco, es una falta imperdonable que tendrá que pagarla con todos los intereses que les puedan agregar y muy probablemetne de manera compulsiva; mientras, si el banco falla, como en este caso, con una falta verdaderamente grave que atenta contra la estabilidad emocional y de existencia de los afectados, quizás se reciba, cuanto mucho, un "Excúsenos".

Después de leer todo el artículo, recordé mi sentimiento del viernes pasado, lo que me dijo mi compañero con respecto a no mencionar nombres por el asunto de la difamación, y me vino a la mente... Entonces ¿quién nos defiente?

1 comentario:

  1. Eric:

    Busca en un Diccionario Juridico el termino CONTRATO DE ADHESION y entenderas!!!

    Saludos

    GGB

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